Un misterio en el cementerio de la Fisioterapia
Fue el sepulturero el primero que pareció darse cuenta de
que alguna cosa extraña estaba pasando en el cementerio de las Técnicas y los
Libros de Fisioterapia, paseando por el reciento, y haciendo recuento de los
nichos y de las tumbas que disponía le dio la sensación de que sus cuentas
parecían no cuadrar.
El siempre había sido muy meticuloso y registraba periódicamente
con precisión los espacios disponibles para poder enterrar a aquellas técnicas
de Fisioterapia que habían pasado a “mejor vida”. Los criterios para acordar el
entierro eran simples, cuando una Técnica existía en los Libros o bibliográficamente,
pero estas referencias escritas hacía un mínimo de diez años que eran
vagamente consultadas, y añadido a este dato, se constataba que su práctica había
pasado a ser anecdótica, el Consejo de Sabios de Fisioterapia decidía en honor de los que la
descubrieron y de aquellos que la practicaron, escenificar un entierro… Se cavaba
un agujero o bien se utilizaba un nicho simple, dependiendo de la relevancia de
la Técnica o
Método, y se inscribía en una lápida el nombre y el de su autor u autores para
que no quedasen en el olvido…
El cementerio era un lugar poco frecuentado físicamente,
pero cada vez que algún Fisioterapeuta recordaba en algún momento alguna
técnica o esta era nombrada por alguien, como por arte de magia brotaba una
flor al lado de la tumba, si el número de flores era suficiente, se retiraba la
lápida y la técnica revivía nuevamente para el conjunto de los Fisioterapeutas,
esto había pasado pocas veces, pero daba sentido a la figura del sepulturero,
que periódicamente revisaba las tumbas y recontaba las flores, con la esperanza
de poder desenterrar viejos libros y retornarlos a la vida, como si de un
milagro se tratase.
Pero alguna cosa extraña estaba pasando, parecía que algunas
tumbas habían sido profanadas, y a su alrededor tan solo podían contarse
algunas flores, pocas, como si tan solo una persona hubiese consultado datos o
pensado en ellas… Parecía absurdo, desenterrar una Técnica para una sola
persona, y más hacerlo de esa manera, a escondidas, sin tan
solo pedir permiso. Y lo más inquietante era que los sabios al ser informados
no pudieron constatar que esas Técnicas volviesen a vivir entre nosotros.
Se abrió una investigación en toda regla, se destinaron
recursos y se las buscó por todos los rincones de la Fisioterapia , y fue entonces
cuando el misterio fue descubierto, sí, volvían a estar vivas, y se encontraban
entre nosotros y volvían a ser utilizadas. Algunos las habían resucitado y
decidieron cambiarles el nombre y explicarlas en esencia igual pero utilizando
términos más “modernos”… Eran las mismas pero parecían más jóvenes, tan jóvenes
que algunos habían decidido estudiarlas y pagar por ellas. Lo que aprendieron era
antiguo y conocido, aunque olvidado por la mayoría, y esto justificó el pago por
adquirir un “nuevo” conocimiento.
Algunos hacen muchas cosas por dinero, hasta llegan a desenterrar
muertos sin tener la dignidad de explicar de que fuente bebieron sus conocimientos.